las oraciones de la misa catolica
Cuando después, en el Imperio de los francos, la fracción se redujo al mínimo, y al mismo tiempo el ósculo de la paz se prolongaba mucho más que antes, el Agnus Dei se usó como canto para el ósculo de la paz. Un poco más tarde dicen sencillamente que el Agnus Dei acompaña la comunión. Ambas forman votos de bendición y de santificación que el sacerdote utiliza antes de su comunión personal. Surgen de la comunión de enfermos, de donde, por cierto, derivó el ceremonial entero de la comunión de los fieles, como veremos en el próximo capítulo.
Por servirnos de un ejemplo, en el breviario cuando por cualquier fundamento no se podía leer todo el libro en la lectura de la Sagrada Escritura, se recitaban por lo menos en una de las enseñanzas las primeras frases añadiéndose después un "et reliqua" . La otra la mandó Pío IX el año 1859 a sus súbditos temporales ante los crecientes riesgos que amenazaban los Estados Pontificios.
Dios Padre Todopoderoso
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Desde la mucho más recóndita antigüedad cristiana entendemos que era cantado por todo el pueblo. Sin embargo, semeja que ya entonces se advertía en Roma la inclinación a dejárselo a los clérigos, Algo más tarde, en el culto estacional de los siglos VI y VII, vemos como el pueblo por el momento no participa, en contraste a lo que sucedía ordinariamente entre los francos. Poseemos por otra parte, noticias del siglo XII por las que deducimos que el pueblo lo cantaba a una con el celebrante. En esta refundición, cambió el plural "angelorum" por el singular "angeli", dando de esta manera al "Supplices" carácter de epíclesis, a imitación de modelos orientales.
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las oraciones de la misa catolica
Concédeme, benignísimo Jesús, tu felicidad, a fin de que esté conmigo y obre conmigo y en ella persevere hasta la desaparición. Te pido que me concedas recibir no solo el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, sino la gracia y la virtud de ese sacramento. Nos postramos en tu presencia, atendiendo no a nuestros méritos, sino más bien a tu gran clemencia. Comienza de nosotros las iniquidades, y prende en nuestro interior el fuego de tu Espíritu Santurrón. Quita de nuestro pecho el corazón de piedra, y danos un corazón de carne, que te ame, te anhele, te quiera, te siga y te goce.
Consígueme del Señor que, detestando todo miedo, sepa dar testimonio de Cristo frente a los hombres. San Judas, tú viajaste lejos para llevar la Buena Nueva de Jesucristo a todas y cada una de las naciones. Tú reuniste a la multitud en comunidades de fe a fin de que pudieran vivir el evangelio del Señor, distribuyendo sus vidas y recursos, uniendo sus corazones y mentes en Cristo. Tú reconociste la dignidad de todos, la variedad de dones, y la igualdad entre todos y cada uno de los hijos y también hijas de Dios. Intercede con el Señor para que envíe a su Espíritu a todos nosotros y a nuestros líderes de la iglesia a fin de que tengamos la posibilidad forjar una unidad y también igualdad entre tanta división y discriminación en nuestras comunidades eclesiales. Ayúdanos a vencer nuestro miedo o egoísmo para poner nuestros dones al servicio de nuestras hermanas y hermanos en nuestras iglesias locales.
También hay noticias de aquel siglo de que las partículas de la fracción se ordenaban encima de la patena con apariencia de cruz. Si bien sobretodo y mucho más que ninguna otra cosa, la oración dominical es preparación a la comunión.
Después de prestar la forma, el sacerdote traza una cruz con ella, puesta sobre la patena. El primero que testimonia esta ceremonia es Durando obispo de Mende , aunque la encontramos como acción diaconal ahora en el siglo XI. Aún hoy en día, en el misal del 62, la rezan en la misa solemne el celebrante y el diácono juntos. En este rito se ha preservado algo de la costumbre vieja de considerar el "ministerio del cáliz" como propio de los diáconos, si bien esta concepción se refería mucho más bien al cáliz con que se daba la comunión bajo la especie de vino a los fieles, conforme observaremos más adelante. 2º Al independizarse los primeros cristianos de las reuniones del culto judío para no someterse a sus leyes, debieron ordenar su propia liturgia de lecturas y oraciones y que era lógico que como apéndice glorioso pusiesen la celebración eucarística. Como consecuencia de esto, la celebración eucarística adoptó la forma de una acción de gracias. Iba precedida de una exhortación y no tenía un artículo fijado por adelantado sino estaba dejado a la inspiración del celebrante, aunque se servían de modelos más generales.
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¿Cuáles son las dos partes en que se divide la eucaristía?
La Misa consta de dos partes: La Liturgia de la Palabra La Liturgia Eucarística.
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